Reflexiones sobre un liderazgo responsable-saludable y basado en valores

Especialmente cuando el año llega a su fin, nos gusta hacer un balance de lo que hemos vivido y observado tanto a nivel personal como profesional, de forma contundente y objetiva. Reflexionar y analizar; Te invito a hacerlo conmigo.

Nunca quiero cambiar nada, ni dar un paso atrás, no porque no cometa errores, errare humanum est, sino porque creo que cada cosa vivida es un pequeño paso más que nos debe traer acercarnos a una mejor versión de nosotros mismos, aprender para que no se repita la misma situación y felicitarnos por todo lo que hemos hecho de manera excelente. Este es un objetivo personal, seguir creciendo, no perder la perspectiva, ser mejor madre, amiga, profesional, en definitiva persona. Debemos perdonarnos a nosotros mismos si hay algo que hemos hecho y no salió como esperábamos si fue con la mejor voluntad y con ganas de ayudar, pero debemos ser muy responsables y conscientes del trato a los demás y promover siempre un excelente ambiente de trabajo, inclusivo y que saca a relucir hermosas personalidades. No es negociable.

Tener un equipo de alto rendimiento significa que reciben un gran respeto.

Sólo con la crisis y el continuo avance tecnológico el cambio en las empresas es la única constante. En los últimos años se han multiplicado los casos de ansiedad laboral, el estrés que muchas personas atribuyen al trato recibido por parte de su jefe, está a la orden del día. Según los expertos médicos, la ansiedad permanente es causada por el constante bombardeo de pensamientos negativos, que no hacen más que limitar las capacidades de las personas e impedir un alto rendimiento. Se acerca el nuevo año y qué mejor momento para hacer balance y convertirte en una mejor versión, para convertirte en un líder máximo, 100% responsable de la salud y el crecimiento de tu equipo.

Cada una de las interacciones que tenemos tiene relevancia, en mayor o menor medida. La forma en que usamos las palabras, nuestra apariencia o los gestos que hacemos al comunicarnos tienen un gran efecto en los demás.

El liderazgo es impacto, es influencia.

Sabemos que el liderazgo es impacto e influencia. Reflexionamos sobre la responsabilidad de hacerse cargo de la vida y la salud de las personas que trabajan en la empresa, porque es enormemente grande. El líder influye en la autoestima de sus colaboradores, su sentido de pertenencia, su relación con los demás en la empresa y fuera de ella. ¿Por qué agrego salud a lo que ya se conoce como liderazgo responsable? Porque no hay nada más perjudicial para la salud de las personas, y para el beneficio económico de cualquier empresa, que el resultado de la acción de aquellos empleados que escuchan a diario de su jefe lo que no están haciendo bien de forma destructiva, no constructiva tras sentir su Una mirada fría y desaprobadora sobre su piel en una reunión, en el pasillo, en el ascensor. Llegar a tu lugar de trabajo con malestar e incluso miedo, con una ansiedad creciente que resulta tan contraproducente para tu necesaria creatividad, energía positiva y buen desempeño. Una sensación de que tarde o temprano acabará en una baja laboral, muy costosa para la empresa, y que desmotivará al resto del equipo que ahora tiene trabajo extra sobre la mesa. Esto suele crear una reacción en cadena.

Anti-branding en la organización

Con suerte para la empresa, esta persona buscará activamente otro proyecto donde se le valore, donde pueda crecer, donde vuelva a sentirse un profesional y no un muñeco en manos de un tirano. ¿Por qué digo que ojalá para la empresa busque otro trabajo? Porque cada vez más, lo que ocurre en estos casos es que, por miedo a no encontrar otro trabajo, por el alto nivel de desempleo y porque la estabilidad laboral se ha acabado y hacer carrera en una empresa ya no es una opción, estas personas permanecer en su lugar, y eso es costoso para la empresa. Porque no se sienten respetados, no se reprimen, no cuidan sus equipos informáticos, no apagan las luces detrás de ellos, no aportan la pasión necesaria para dar ideas e innovar. , o la energía positiva para desempeñar sus tareas con excelentes resultados, no se les ocurrirá anticiparse a las necesidades de sus clientes (ya sean internos o externos), ni cooperar activamente con el resto de áreas de la empresa. Prefieren pasar horas de su trabajo hablando por teléfono o en persona explicando el malestar y el trato injusto de su jefe en lugar de producir. Hablarán mal de él y de su empresa con los proveedores, con los clientes, precisamente con aquellos con quienes más relación tienen y, por supuesto, con sus familiares y amigos. Esto es una mala marca, una especie de anti-marca. La forma más rápida de destruir poco a poco la imagen de la empresa, su reputación, innovación y crecimiento. Estamos en la era en la que cada persona está presente de media en tres redes sociales, donde comparte su día a día. ¿Qué comparten públicamente sus empleados sobre su trabajo en las redes?

Imagen y reputación de la empresa

Quizás tenga una persona así en su empresa o varias. ¿Qué hacer? Los gerentes que logran un alto desempeño de sus colaboradores se comunican más con ellos en persona, cara a cara, por teléfono o videoconferencia si están en otra ciudad. Aprovechan para utilizar un vocabulario positivo, enfatizando aquellas tareas realizadas, agradeciendo su aportación, animándoles a dar lo mejor de sí. Respetan a las personas, se ponen a su servicio, las ayudan a crecer, las guían, porque así todos ganan y todo esto desde la humildad (sumada a una gran voluntad personal), ya que es uno de los ingredientes de la receta del éxito que lleva. gente, dejen el horno en su punto.

Empatía, uso de la inteligencia emocional, ¿te suena?

Seamos muy conscientes de que, para vender más productos o servicios, obtener más beneficios, diferenciarnos de la competencia, crecer y mejorar nuestra reputación, necesitamos saber practicar lo que en Aprofitalents llamamos: liderazgo responsable-sano. ¿Qué tipo de personas y resultados quieres para tu equipo? El miedo y la inseguridad en el trabajo bloquean a las personas, eliminan su capacidad de innovar y crear, las desorientan, las incapacitan. Con el ejercicio de la autoobservación y la ayuda de un mentor, el líder puede desarrollar su empatía, utilizar su inteligencia emocional, detectar en sí mismo qué necesita mejorar, qué debe dejar de hacer y qué empezar a hacer.

Como dijo una vez el pintor expresionista Jackson Pollock: «Cuando estoy en el cuadro, no soy consciente de lo que estoy haciendo (…) un cuadro tiene vida propia. Intento dejarlo emerger» .

Te animo a que pienses en cómo te ha ido el año y que cuanto más humano seas mejores resultados conseguirás.

Termino con lo que para mí es la clave para que todo líder pueda delegar de manera efectiva, con esta imagen que compartimos en nuestra nueva cuenta de Instagram.

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